Foto de AYRTON TABOADA.
La llegada
Fueron 22 horas de viaje. Pauza es un pueblo de hermosos paisajes, a 2500 mts de altura, pertenece a la Región Ayacucho y como típico pueblo de la sierra peruana, muy acogedor. El clima característico en esta época del año dibuja sol en el día con frío de noche. Las celebraciones por la fiesta central de Santiago Apostol fueron trabajadas con mucho esmero por los organizadores, la expectación era inmensa, la fiesta del toro estaba garantizada, los matadores con sus cuadrillas completas dispuestos a demostrar lo mejor de su arte y a cumplir en grande con esta privilegiada ciudad, con este “jardín florido”.
La Plaza
Abarrotada de bote a bote, el publico muy entregado y siempre pendiente de lo que ocurre en el ruedo. Los matadores se sintieron muy cómodos y motivados, “Un público muy entendido” nos comentó al respecto Marco Antonio Gómez, el espada español que hacia su debut en territorio peruano.
El Ganado
Una verdadera fiesta taurina tiene que garantizar ganado serio, bravo. Las ganaderías anunciadas fueron San Pedro, Salamanca, San Isidro, Azursa y Paco Gutierrez. Este ultimo solicitó el indulto de su toro lidiado por Juan Carlos Cubas y le fue concedido. Un toro bravo, serio, repetidor y con mucha nobleza. Destacó también el de Azursa que lidió Marco Antonio Gomez y el novillo de Paco Gutierrez para Michelito Lagravere. De los demás poco que decir, mansos, descastados y en muchos casos peligrosos.
Los Toreros
Se anunciaba a Juan Carlos Cubas, la primera figura del Perú, Marco Antonio Gomez, torero sevillano que debutaba en nuestro país, y Michelito Lagravere, Novillero Mexicano de mucho carisma. La terna era atractiva para cualquier plaza, pues ya el nombre de Juan Carlos Cubas por si mismo es sinónimo de calidad, entrega y triunfo, y que mejor que verlo junto a un torero español de mucho oficio y conocimiento de la lidia, además de buen gusto. Había que verlos juntos y no defraudaron.
La Fiesta del Toro.
Juan Carlos Cubas partió plaza en medio de un ambiente de fiesta. EL huancaíno sale siempre con la presión natural de ser la primera figura nacional “por eso salgo siempre a dar lo mejor de mi en cada tarde” nos comenta en el callejón. Su primer toro fue muy reservon, que nunca termino de entregarse, sin embargo la técnica y el conocimiento de la lidia que ha adquirido Cubas hizo que termine sacándole lo que no tenía el astado. Derechazos de poder, mandón con el burel que se resentía y opta por meterse entre los pitones. Una faena de torero valiente, entregado. Pierde con la espada lo que debió ser una faena de oreja segura. Pincha y descabella, y el público premia con palmas al nacional que hace un gesto con la mano prometiendo que en el siguiente la historia cambiaria. Y así fue. El de San Pedro fue su segundo y cuarto de la tarde. Un toro bien presentado pero que se quedaba muy corto en la embestida, nunca terminó de pasar. El torero se mete nuevamente a los pitones con mayor arrojo y procura por derecha y algunos naturales ayudados que el toro repica. Muy bien el peruano tratándole por todos lados, no se espera menos de una figura, que se entregue en todas las plazas. Lo mata de una estocada fulminante esta vez y la oreja cae de madura. Cubas nos comenta que espera mayor suerte para el día siguiente, pues sabe que el escapulario esta en juego.
Efectivamente el último día de fiesta fue otra historia para el peruano. Un bravo de Paco Gutierrez reivindica lo que es nuestro mejor exponente. Un toro muy bien presentado, serio y encastado. El mejor torero del Perú le coge gusto de entrada. Lo recibe con verónicas que ya nos tiene acostumbrados y remate de media que ejecuta con el arte que lleva. En la faena de muleta lo espera sentado en el estribo y lo lleva hasta los medios con doblones de poder, rematando de pecho esa primera tanda que comienza a dibujar el triunfo. Torea a placer, “de salón”, el bravo repite sin cesar, y el huancaíno sabe aprovechar cada embestida. Naturales, derechazos, trincherazos, manoletinas, y todo el repertorio para este público que ya se pone de pie para aplaudir a su ídolo. El ganadero pide el indulto del astado y la gente acompaña la petición. EL juez la otorga. Dos orejas simbólicas para el diestro nacional y que le valen para llevarse el escapulario de Santiago Apóstol.
Marco Antonio Gómez es un torero Sevillano, con todo lo que ello conlleva en cuanto a maneras, seriedad y buen gusto para la lidia. Debutaba en nuestro país y venia con la ilusión de no irse de vacío. “Me gusta alternar con los mejores y vengo por todas” había declarado en una emisora local y verdaderamente sorprendió a propios y extraños. En su primero le toca en suerte un toro manso pero el español lo recibe con lances de muy buen gusto que fue del agrado del respetable. El toro se vino abajo en la muleta, sin embargo el coleta andaluz logra sacarle algunos pases que advertían lo que era capaz de hacer. Lo mata de una estocada baja y recibe las palmas en los medios. En su segundo, un toro de Azursa bajo, con cara, bravo desde la salida que Gómez lancea con una serie de verónicas de poder a poder que remata con dos medias y una revolera muy del agrado de los asistentes que aplauden entusiasmados. En la muleta el toro no perdió su temperamento, repetía con transmisión de toro encastado, el sevillano inicia con doblones y remata de pecho mirando a un público ya entregado. Agrada su quietud, su desplazamiento seguro y las maneras de torero bueno, con oficio. Suena el pasodoble y el torero a lo suyo. Una tanda de derechazos profundos, poderosos, con manos muy bajas hacen que el animal se entregue completamente y fluye el arte. Naturales ceñidos, estatuarios, circulares y la plaza que es un clamor. Comienza a pedirse el indulto y Marco Antonio sigue toreando a placer. Se prepara a matar y ya el pedido de indulto era unánime. Tres veces tuvo que perfilarse pero la gente no cesaba en su pedido de perdonarle la vida al bravo de Azursa. El juez niega el indulto y con una estocada fulminante en todo lo alto rueda sin puntillas este bravo ejemplar. Dos orejas y a hombros en su debut. “Fue muy emocionante, el debut soñado para cualquier torero” nos alcanza a decir sin ocultar su alegría y satisfacción.